Resaca

Así puede describirse el mes siguiente al rodaje: Resaca.

¿Un mes sin hacer nada?! Sí, por dos razones principalmente: Una, porque era agosto y la segunda porque me salió de los cojones. Ya está. No pasa nada.

Bueno, en realidad si hice, aunque no requería más esfuerzo que cambiar cintas: Volcar las imágenes grabadas (Por esa vez me salió bien, pero no acostumbra a pasarme...). En septiembre empecé a mirar ordenadores para comprar uno y así hacer la post producción, montaje incluido. De entrada diré que por mi profesión siempre he trabajado con Macintosh y que sigo haciéndolo (Muerte a Windows y a Gates), pero eso es caro. Ese miedo tenía yo. Pues no, resulta que los de Mac empiezan a bajarse los pantalones (ya tocaba, aunque sigue siendo ridículamente caro, sobretodo teniendo en cuenta que la tecnología que utiliza es compartida con Gates, Intel), aunque todos sabemos que siempre será más caro sólo por el hecho de ser más... más... pijo...? En fin. Los nuevos Mac Pro eran aberrantemente caros (Y aberrantemente rápidos), pero un maravilloso, nuevísimo y estilizado Imac me miró con ojos picarones. Su precio era asequible y sus, digamos prestaciones, eran suficientes para hacer la peli. Gol.


Como es de imaginar, en las tiendas Mac raramente pagas y te lo llevas, tienes que esperar. Entre decidirme, comprarlo y tenerlo, nos plantamos en octubre.

Empieza el montaje.